Berlín está abierta de nuevo. Desde finales de mayo los hoteles, museos, restaurantes y tiendas de la ciudad han abierto con nuevos conceptos de seguridad. Las medidas son estrictas pero habituales: mascarillas, distancia entre personas y grupos, higiene y, sobre todo, mucha responsabilidad. Alemania ha salido relativamente airosa de esta pandemia y, aunque siempre es doloroso mencionar los fallecidos, y cada uno de ellos merece nuestro respeto, Berlín muestra unas cifras esperanzadoras: apenas 208 víctimas a mediados de junio, cuando en Nueva York eran unos 31.000, en Milán más de 16.000 y en Madrid se acercaban a los 9.000.