Tras varias semanas de confinamiento y de nula presión humana, el ayuntamiento de la capital grancanaria y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria comienza a recoger datos empíricos que permita conocer la calidad del agua, la arena, el aire y la vida sumergida. Acreditada con la Q de calidad turística, el certificado de accesibilidad universal y la bandera azul, la principal playa urbana de Canarias guarda una vida sumergida de más de 150 especies.