En los años 60, el alcalde de esta localidad creó un archivo fotográfico de los vecinos del pueblo que no habían emigrado a la ciudad. El objetivo era formalizar su documento de identidad.
Tras 50 años convertiría a Mogarraz en «el pueblo de las mil caras» gracias a un artista local. Florencio Maíllo recuperó las fotografías del antiguo alcalde y las reprodujo a gran tamaño, poniendolas en las fachadas donde vivían sus antiguos propietarios.
A causa de su aislamiento natural, Mogarraz ha conservado su arquitectura civil y militar en perfecto estado. Es una villa medieval construida y repoblada en el siglo XI por franceses, gascones y roselloneses, procedencia manifiesta en sus apellidos de origen galo.
En los bosques que la circundan, da sensación de que se detuvo la historia. Sus tradiciones siguen vivas en la confección de joyas artesanales y en sus bordados y trajes típicos. Durante las fiestas patronales, los mogarreños los exhiben orgullosos en sus balcones.
El Cerdo de San Antón que se encuentra en cualquier calle de la villa. Es una tradición religiosa, en principio, desde el siglo III d.c.
Se ha conservado perfectamente hasta nuestros días su arquitectura civil de tramonera y piedra. Destaca su agricultura en terrazas perfectamente integradas en la naturaleza lo que llama la atención del visitante.