La historia de Oliva se remonta a la época romana, aunque su mayor desarrollo tuvo lugar durante la época musulmana. Fue reconquistada por los cristianos en el siglo XIII y desde entonces ha sido un importante centro comercial y agrícola.
Oliva cuenta con un centros históricos más bonitos de la comarca. Calles estrechas y empinadas del arrabal moriscos como la pintoresca calle de la Hoz o el Tosalet del Doix y un mirador con sus vistas panorámicas. En el barrio cristiano las calles repletas de casonas nobiliarias, restos del imponente palacio de los señores Centelles y Riu Sech.
No dejemos de ver:
- Iglesia de Santa María la Mayor. Un buen ejemplo de la arquitectura valenciana de la época (S. XVII-XVIII)
- Iglesia de San Roque. es del XIX a excepción de la capilla del Cristo que es de 1749. A destacar la capilla, auténtica joya barroca, y los frescos de sus cúpulas.
- La casa Abadía: de estilo mudéjar.
- El Ingenio: antiguo molino de azúcar.
- Los restos del Castillo de Santa Ana,.
- La Torre de la Muralla.
- El Torreón del Palacio de los Centelles.
- El Portal de San Vicente o la Casa de Gregori Mayans.
Sus playas, que han sabido mantener las dunas, con su fauna y flora. Sus numerosas y espléndidas playas se extienden a lo largo de 9 kilómetros. Las dunas son la principal defensa de las playas de Oliva. Se trata de un sistema vivo en constante movimiento, de gran belleza y fragilidad. La salvaguarda de los cordones dunares se convierte al final en la mejor garantía de preservación de equilibrio dinámico de las playas y de su indudable valor paisajístico.
Entre las playas más destacadas se encuentran la playa de Terranova-Burguera, la playa de Rabdells y la playa de Pau-Pi. Todas ellas cuentan con servicios turísticos como restaurantes, bares y zonas deportivas.
Las fiestas más relevantes son las de Moros y Cristianos la segunda quincena de julio, declarada Fiesta de Interés Turístico Autonómico.
Su rica gastronomía, basada, en arroces valencianos. No dejes de probar el arroz a banda, el arroz negro o la paella valenciana. Y su excelente su fideuà.
Oliva, es naturaleza, el paraje natural del marjal o la Font Salada son claros ejemplos. Ya en el dominio del agua dulce, los mansegars, bovalars y senillares, conviven con las láminas de agua, dando origen a un mosaico de matas relucientes que albergan patos collverds, bequerudes, camallongues, agrons, polletes azules y redonells.
En las sierras de Mustalla y Segaría, inundan el Parque Natural dando origen a colmillos y a los ríos Bullent y Molinell, que surcan la marjal y su red de canales.
Aquellos que desean tomar el baño en un lugar recogido pueden acercarse al nacimiento de aguas conocido como la Font Salada, tanto en invierno como el verano, puesto que las aguas mantienen su temperatura durante todo el año. Sus aguas han sido reconocidas tradicionalmente como beneficiosas frente a las enfermedades dermatológicas.
Oliva es una ciudad con una rica historia y cultura, que ofrece una amplia variedad de actividades turísticas.
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