Turismo urbano: Redescubre Bilbao con estos planes en familia
Como venimos diciendo en los últimos meses, el turismo urbano también está de moda este verano. Bilbao, la capital económica de Euskadi, es la más populosa y cosmopolita. Sus casi 350.000 habitantes llenan de vida sus calles para ofrecernos una experiencia turística plena.
Su exquisita gastronomía y su riqueza cultural hacen que se convierta en uno de los destinos estrella para las familias que se decantan por pasar sus vacaciones en el norte de la península. Sin olvidar la amplia oferta de actividades al aire libre que ofrece en un marco natural incomparable. Por ello, desde el NYX Hotel Bilbao proponen seis planes para sacarle el máximo partido a una escapada de fin de semana:
1. Visitar un museo de arte vanguardista: indiscutiblemente, el Museo Guggenheim es una obra de arte en sí mismo. Su estructura con forma de barco evoca el pasado naval y siderúrgico de la ciudad, ofreciendo una atractiva programación durante todo el año. “Los locos años 20” o “La línea del ingenio” son algunas de las exposiciones más destacadas para visitar este verano. En las inmediaciones del museo, encontramos una de las esculturas más ambiciosas de Louise Bourgeois, Mamá, de casi nueve metros de altura, o su muy fotografiada mascota Puppy, de Jeff Koons, que siempre fascina a todos los visitantes, ya no solo por su tamaño, sino porque está recubierta de 38.000 plantas naturales de intensos colores que reciben con alegría a todos los visitantes.
2. Recorrer la ruta marítima por la ría de Bilbao: son 23 kilómetros los que separan a la capital vizcaína del Cantábrico, por los que se extiende su ría Nervión. Un agradable paseo que podréis recorrer en barco dejando a vuestro paso algunas de las obras más destacadas de la ciudad, entre las que se encuentran las sinuosas curvas del Guggenheim y el Zubizuri; el nuevo San Mamés; o la colorista y recuperada zona de Zorrozaurre. Además, podréis atravesar una de las obras de arte más bellas de la península, el Puente Bizkaia, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las familias más atrevidas, tendrán la posibilidad de subir en ascensor hasta su pasarela peatonal, a 63 metros de altura, para contemplar las maravillosas vistas que nos regala este enclave fluvial.
3. Descubrir su Casco Viejo y perderse por sus Siete Calles: llega el momento de que cojáis las zapatillas y la cámara para introduciros de lleno en el Bilbao más medieval. Sus calles empedradas, cantones y plazas os trasladarán al año 1300, dejando muy patente la intensa actividad mercantil portuaria de la época. De parada obligada son sus murallas, la Plaza Nueva, la catedral gótica de Santiago, la emblemática iglesia de San Antón y las antiquísimas ruinas sobre las que se asienta. Pero no podemos abandonar el Casco Viejo de la ciudad sin recorrer las famosas siete calles donde podréis degustar los famosos pintxos bilbaínos o visitar el bullicioso mercado de la Ribera, que, con más de 500 años de historia, aún conserva su característica vitalidad urbana.
4. Pasar un día de playa en un entorno privilegiado: un verano sin playa no termina de ser verano. El Metro de Bilbao está perfectamente conectado con las más cercanas, como las de Getxo. En esta localidad encontraremos desde los rincones más salvajes y naturales, hasta arenales urbanos repletos de chiringuitos que ofrecen todo tipo de servicios. Las playas de Sopolea tampoco dejan indiferente a nadie, ya que están a los pies de profundos y verdes acantilados que regalan una panorámica espectacular. Su oleaje, además, las convierte en el rincón preferido de los amantes del surf. Cabe destacar también la de Plentzia, una bonita bahía muy frecuentada por los turistas debido a su proximidad al casco urbano. Ubicada justo en la desembocadura de la ría, cuenta con una variada oferta de actividades deportivas, albergue, camping, etc. Perfecta para disfrutar de un día soleado en familia.
5. Degustar su selecta y variada gastronomía: la gastronomía del País Vasco es una de las más prestigiosas de Europa y cada vez son más los restaurantes galardonados con Estrella Michelin que ponen a disposición de todos los comensales auténticos manjares típicos de esta tierra. Es el caso del delicioso bacalao al pilpil, los callos a la bilbaína o la característica purrusalda, elaborada a base de puerros, patatas y zanahorias. Las kokotxas o los pimientos rellenos protagonizan muchos de los tradicionales pintxos de la ciudad; generosos bocados que os servirán a modo de “tapa” en cualquiera de sus bares. Las familias más golosas no pueden dejar de probar sus exquisitos postres como el arroz con leche, los canutillos de Bilbao o las pantxinetas, deliciosos hojaldres rellenos de crema.
6. Conocer uno de los escenarios de Juego de Tronos: varios rincones del País Vasco conquistaron a los productores de la serie Juego de Tronos para desarrollar las escenas más inquietantes de la serie. Una de las localizaciones más destacadas es, sin duda, San Juan de Gaztelugatxe. La centenaria ermita, situada a 35 kilómetros de Bilbao, es un lugar único en el mundo. Un puente de piedra de dos arcos y 241 escaleras que combina la fuerza de la naturaleza, la historia y la tradición para generar un paraje de fantasía.