Las reliquias y objetos cosechados por el aventurero Miguel de la Quadra-Salcedo a lo largo de sus viajes alrededor del mundo por fin salen a la luz en una exposición organizada por el Museo de América, que recoge desde instrumentos y archivos personales donados por la familia hasta piezas de rituales chamánicos y fotografías enfrentándose a una anaconda.
Miguel de la Quadra-Salcedo (1932-2016) es el español que lo ha sido casi todo: atleta, periodista, explorador, actor, reportero y, en cierto modo, un cuasi diplomático que unió España con Iberoamérica a través de sus expediciones. Si uno desconoce su figura, la exposición que se estrena mañana en el Museo de América ayuda a hacerse una composición de lugar.
Se trata de una muestra peculiar que recoge las múltiples facetas del protagonista; tanto, que da la sensación de adentrarse en el universo ‘Geyperman’ entre tantos accesorios tan dispares entre sí: los discos que lanzaba a cientos de metros en su etapa como atleta, cámaras de vídeo, pasaportes y documentos de viaje, artilugios de chamanes del Amazonas y hasta una fotografía estrangulando una anaconda.
En lo primero que destacó de la Quadra-Salcedo fue en sus dotes atléticas, que le llevaron a ser seleccionado dos veces para los Juegos Olímpicos en lanzamiento de disco. Ya en la universidad tanteó el waterpolo, el rugby y la halterofilia; incluso fue campeón de lucha grecorromana en su categoría. De ahí que apareciera como figurante en la película ‘Alejandro Magno’ (1956) de Robert Rossen, en la que interpreta a un lanzador de disco, algo de lo que también da cuenta la exposición con fotogramas del ‘filme’.
La mayoría de piezas de la muestra -alrededor de 200- han sido donadas por su familia y por distintas instituciones culturales. A partir de ahora, pasarán a formar parte del depósito del Museo de América, que hasta el 3 de mayo mantendrá en exposición todo lo donado. Su hijo mayor, Rodrigo de la Quadra-Salcedo, visitó este lunes la exposición junto al ministro de Cultura y Deporte, José Guirao.
Allí, frente a una fotografía de 1974 que muestra a su padre en Líbano entrevistando a uno de los líderes de Al-Fatah, relató cómo una esquirla de granada se le incrustó en el brazo en aquel viaje, hiriendo a su padre Miguel. “Nunca se la quiso sacar y cada vez que íbamos al aeropuerto pitaba en los controles”, recordó el vástago, que ahora custodia esa misma pieza de metal colgada de su cuello tras extraerla a la muerte de su padre.
Sin embargo, lo principal de la exposición son aquellos artilugios e instrumentos que cosechó en sus viajes al Amazonas y a la isla de Pascua. Su primer viaje a allí lo consiguió gracias al atletismo, de forma que la Federación Atlética de Chile facilitó su entrada a la isla de Pascua con la excusa de “difundir y despertar el interés de los isleños por la práctica de los deportes”, según consta en el documento que facilitó su embarcación en un buque de la Armada, como si de verdad fuera a enseñar a lanzar pértiga a los aldeanos.
Así, se puede encontrar en la muestra una serie de máscaras tribales, incluso, uno de los bancos en madera que empleaban los chamanes para sentarse durante los ritos, en los que empleaban alucinógenos como la ayahuasca para, supuestamente, conectar con los espíritus y adquirir habilidades curativas o de comunicación con el más allá.
“España es un país que no tiene por costumbre hacer donaciones a instituciones públicas o privadas; es por esa falta de hábitos que nos perdemos mucha documentación y piezas que siguen en manos de las familias y a las que a veces los investigadores apenas pueden acceder o les resulta muy complicado”, valoró el ministro Guirao, que agradeció a la familia de la Quadra-Salcedo su donación.
El hijo del aventurero, que ejerce como comisario de la exposición, explicó por su parte que el Museo de América era el lugar para exponer las reliquias de su padre por la conexión que supone con el continente americano. El archivo que ahora pasará a este museo consta de 10.000 fotografías, diapositivas y negativos recogidas a lo largo de las expediciones realizadas por Miguel de la Quadra-Salcedo, cuyo legado yace ahora a escasos metros de la estatua que se erigió en su honor en la pista de atletismo de la Complutense.