El continente asiático se ha posicionado como destino turístico de culto en los últimos años debido, en parte, a los escenarios mostrados en las grandes producciones cinematográficas. El séptimo arte actúa como escaparate de las grandes metrópolis, de auténticas maravillas de la naturaleza y de regiones hasta la fecha desconocidas.
Uno de los destinos preferidos por la mayoría de los viajeros occidentales es Tailandia, que esconde desde playas paradisíacas, como Koh Samui, hasta grandes urbes llenas de vida, como Chiang Mai o Bangkok. Además de fiestas mundialmente conocidas, como la Full Moon Party en la isla de Ko Pha-Ngan.
Esta riqueza natural y cultural ha atraído decenas de películas como Bridget Jones: Sobreviviré (2004), la segunda parte de esta saga de comedia, en la que Bridget viaja a Tailandia para realizar un reportaje sobre el país y su cultura. También ha servido de localización para otros largometrajes como Lo Imposible (2012) o James Bond: El Mañana Nunca Muere (1997).
La diversidad de Asia permite viajar rápidamente del exotismo del trópico a uno de los destinos de negocios más importantes del continente, Japón. Conocido por ser la tercera economía del mundo, es un país a medio camino entre lo moderno y lo tradicional. Su capital, Tokio, se ha convertido en uno de los destinos de moda, aunque el país está lleno de ciudades interesantes y diferentes entre sí, como Kioto y Osaka.
El impacto visual de Japón lo ha convertido en una de las localizaciones cinematográficas más solicitadas de Asia. Ha acogido el rodaje de películas tan reconocidas como Lost In Traslation (2003), dirigida por Sofía Coppola. Protagonizada por Tom Hanks y Scarlett Johanson narra la historia de un actor estancado y la esposa de un fotógrafo que se verán unidos por la soledad en las calles de Tokio. De la misma manera encontramos otros títulos como Memorias De Una Geisha o El Último Samurai.
Además de lugares tan conocidos como el país nipón, el continente asiático esconde destinos quizás menos populares entre los viajeros, como Filipinas. Con su capital en Manila, el país está formado por miles de islas paradisíacas surgidas de la actividad volcánica, repletas de arrozales en tonos verdes y ciudades llenas de rascacielos. Un paisaje donde se han rodado multitud de películas internacionales.
Tras la Saga Bourne, creada por Robert Ludlum, en Filipinas tuvo lugar la grabación de El Legado de Bourne (2012), una película que continúa el universo de sus predecesoras desvelando una nueva conspiración que su protagonista Aaron Cross, interpretado por Jeremy Renner, deberá frustrar. Asimismo, ha inspirado otros filmes como la producción española Los Últimos de Filipinas (2016).
En la actualidad, todos estos escenarios de rodaje están más cerca que nunca del viajero español gracias a las conexiones non-stop a Asia de Cathay Pacific. La aerolínea opera vuelos desde Madrid y Barcelona, con una de las flotas más jóvenes de la industria, para que los pasajeros más cinéfilos puedan revivir sus escenas de cine favoritas.