En el barrio de Malasaña, en pleno centro de la ciudad, y en la calle del mismo nombre se encuentra este actual local, que renueva su carta con una novedosa oferta gastronómica y una fusión de sabores que aúnan tres culturas: la española, la peruana y la japonesa, con un producto de gran calidad.
Desengaño 13. Su carta, dividida en cinco categorías (de la huerta, del mar, de la granja, de la montaña y sides) está repleta de sabores y elaboraciones muy cuidadas y va cambiando con mucha frecuencia para introducir nuevas propuestas. Son platos aparentemente cotidianos, pero que juegan a sorprender, como la carrillera de ternera cocinada en curry amarillo y arroz oriental o las croquetas de jamón ibérico con mermelada de piparras.
Uno de los rasgos más significativos es su apuesta por las medias raciones para compartir y tapear. “El público ya no quiere un primer y un segundo plato. Apostamos por la variedad y las raciones para compartir. Trabajamos para lograr un ambiente en el que socialicen y conecten nuestros clientes, dándoles la posibilidad de probar varios platos”, asegura su propietario Diego Pérez.
Así, junto a platos típicos del picoteo español: croquetas (de boletus o de calamares en su tinta) o papas arrugás con mojo picón, se unen otros del recetario japonés: bao de ternera confitada en vino o gyozas de panceta ibérica. Croquetas… sin duda, uno de sus puntos fuertes; que le mereció ser el local ganador de la ruta gastronómica de croquetas organizada por triball el año pasado.
La cocina está abierta todo el día, por eso cualquier momento es bueno para degustar las elaboraciones del chef Juan Manuel Alvárez, que empezó su carrera en el Nodo de Chicote. Bocados comunes se convierten en platos de excepción gracias a la creatividad e innovación del cocinero y a la materia prima con la que trabaja.
Mezclas que sorprenden
Sorprenden los canelones de rabo de toro con shichimi togarashi, el picantón a la brasa o el salmón macerado en teriyaki envuelto en hoja de banana. Sabores más españoles podemos encontrar en las costillas de cordero a baja temperatura o en los huevos rotos con jamón ibérico y trufa. Y los amantes del ceviche pueden elegir entre el vegetal de champiñones, alcachofas y espárragos; el clásico peruano y el tiradito nikkei de corvina y pulpo.
Siempre hay que dejar sitio para el postre, una tarea difícil, al tener que elegir entre platos como con milhojas de suspiro limeño, falso cheescake con galleta Oreo, torrija con helado de vino tinto o crumble de manzana con helado de arándanos y almendras (espectacular).
La decoración es cuidada pero con un toque informal, como corresponde al lema del título Food and Friends, buscando un ambiente relajado y cálido, alternando barras altas, con mesas bajas, música suave y luces tenues.
Cuenta con dos salones: el de la entrada proporciona un ambiente más desenfadado que invita al picoteo o a tomar alguno de sus deliciosos cócteles, y un salón en el interior con un toque más elegante donde disfrutar de cenas o comidas en grupo o para una ocasión más especial y sorprender con una velada romántica.
El entorno en el que se encuentra es inmejorable, al lado de la Plaza de la Luna y rodeado espacios dedicados a la cultura, la moda, y la restauración. Puedes disfrutar de Desengaño 13 para picar algo o cenar fuerte antes o después de asistir a los cines o teatros de la zona, tomar un tentempié en plena jornada de shopping, la primera o la última copa de la noche…. un momento de relax y risas con los compañeros después del trabajo….
Ticket medio: 18-20€
Menú mediodía: 12€
La bodega ofrece vinos por copas y botellas enteras.