Aquí te dejamos algunas ideas para disfrutar al máximo este fin de semana especial, desde escapadas urbanas hasta rincones naturales, pasando por propuestas culturales y gastronómicas.
Madrid, con su clima variable en marzo, es ideal para un plan bajo techo este fin de semana lluvioso. Aprovecha para visitar el Museo del Prado o el Reina Sofía, donde puedes perderte entre obras maestras mientras escuchas el tamborileo de la lluvia desde las ventanas. Después, refúgiate en una de las clásicas chocolaterías como San Ginés, donde un chocolate caliente con churros te hará olvidar el frío y la humedad. Si te animas, pasea bajo el paraguas por el Barrio de las Letras y disfruta de la atmósfera melancólica que la lluvia aporta a sus calles empedradas.
Galicia, con su verde eterno, se vuelve aún más mágica bajo la lluvia. Dirígete al Parque Natural Fragas do Eume, cerca de A Coruña, donde los bosques frondosos y los senderos cubiertos de musgo brillan con las gotas de agua. Lleva botas impermeables y un buen chubasquero para caminar entre helechos y escuchar el sonido del río Eume. Luego, acércate a alguna de las Rías Baixas, como la de Pontevedra, y disfruta de un plato de mariscos frescos en una taberna local mientras ves cómo la lluvia acaricia el mar.
Si buscas un plan más relajante, los balnearios de Aragón son una opción perfecta. En Alhama de Aragón, a poco más de una hora de Zaragoza, puedes sumergirte en aguas termales mientras la lluvia cae afuera, creando un contraste acogedor. Muchos de estos balnearios ofrecen circuitos de spa con vistas a la naturaleza, lo que hace que el fin de semana sea una experiencia de desconexión total antes de que llegue el sol.
El País Vasco es sinónimo de buena comida, y San Sebastián brilla incluso bajo la lluvia. Recorre la Parte Vieja con un paraguas en mano y entra en bares como La Cuchara de San Telmo o el clásico Gandarias para probar pintxos de foie, bacalao o txuleta. La lluvia añade un toque íntimo a esta experiencia, y el ambiente cálido de los bares contrasta con el frescor del exterior. Si el tiempo lo permite, da un paseo por la playa de La Concha y siente la brisa húmeda del Cantábrico.
Toledo, con su casco histórico medieval, cobra un encanto especial bajo la lluvia. Sus calles estrechas y adoquinadas, empapadas por el agua, parecen sacadas de un cuento. Visita la Catedral o el Alcázar y luego únete a una ruta de leyendas nocturnas, donde te contarán historias de fantasmas y misterios mientras la lluvia resuena en los tejados. Termina con un té caliente en una tetería del barrio judío, un broche perfecto para el día.
En el sur, la Sierra de Grazalema es uno de los lugares más lluviosos de España, y este fin de semana no será la excepción. Haz una ruta corta como la del Pinsapar, entre pinares y niebla, con ropa adecuada para la lluvia. Después, alójate en una casa rural con chimenea, donde puedes secarte mientras disfrutas de un guiso de tagarninas o una copa de vino de la zona, despidiendo el invierno a lo grande.
Este fin de semana lluvioso es una oportunidad única para disfrutar de España de una manera diferente, antes de que el sol de la próxima semana invite a planes más veraniegos. ¿Dónde te apetece despedir las nubes? ¡Cuéntanos tu plan favorito!