Uno de los monumentos más impresionantes de Palma es sin duda su catedral, conocida como "La Seu". Esta construcción gótica, iniciada en 1229, domina el horizonte de la ciudad con su imponente rosetón, el más grande de su estilo en el mundo. La visita a la catedral no solo te permitirá admirar su arquitectura, sino también disfrutar de unas vistas espectaculares desde el Parque del Mar, situado justo enfrente. La entrada es gratuita para los ciudadanos de la Unión Europea los miércoles y domingos bajo ciertas condiciones, por lo que planificar tu visita para esos días puede ahorrarte unos euros.
A unos 3 kilómetros del centro de Palma, erigido en una colina de 112 metros de altura, se encuentra el Castillo de Bellver. Este es el único castillo de planta circular de Europa y ofrece unas vistas panorámicas de la ciudad, el puerto y la sierra de Tramuntana. La subida hasta el castillo puede ser fatigosa, pero la recompensa es una vista que te hará sentir en la cima del mundo. Además, los domingos la entrada es gratuita, lo cual es una oportunidad perfecta para explorar este histórico edificio sin coste alguno.
Cerca de la catedral, el Palacio de la Almudaina es otro imprescindible. Originalmente una fortaleza musulmana, este palacio real ha sido la residencia de la familia real española durante sus visitas a Mallorca. No solo su arquitectura mezcla estilos gótico y árabe, sino que también es escenario del Cambio de la Guardia Real, un espectáculo que tiene lugar el último sábado de cada mes al mediodía, atrayendo a numerosos visitantes.
Para los amantes de la cultura y la gastronomía, el barrio de Santa Catalina es un must. Conocido por su ambiente bohemio y su oferta culinaria, aquí encontrarás desde mercados llenos de vida hasta bares y restaurantes que ofrecen tanto platos locales como internacionales. Es el lugar perfecto para disfrutar de la vida nocturna de Palma o para un almuerzo relajado bajo el sol mediterráneo.
Aunque Palma es una ciudad, no te olvides de sus playas. La Playa de Palma es una de las más famosas, pero para una experiencia más tranquila, visita Ciudad Jardín o Cala Mayor. Si dispones de más tiempo, alquila un coche y dirígete a calas como Caló des Moro o Cala Sa Calobra, donde el agua cristalina y la naturaleza te harán sentir en un paraíso privado.
El paseo marítimo de Palma es ideal para un paseo vespertino, especialmente si te gusta hacer ejercicio o simplemente disfrutar de la brisa marina. El Parque de la Mar, justo detrás de la catedral, ofrece un oasis verde en el corazón de la ciudad donde puedes relajarte o visitar el Museo de Arte Moderno. Sin embargo, ten cuidado con tus pertenencias, ya que es una zona conocida por los robos, especialmente en temporada alta.
Para los amantes del arte y la arquitectura, La Lonja es otra parada esencial. Este edificio gótico construido en el siglo XV fue una vez el mercado de comerciantes y ahora es una galería de arte que alberga exposiciones temporales. Su interior te transporta a otra época con sus imponentes columnas y bóvedas.
Palma de Mallorca es mucho más que una escapada de playa; es una ciudad con alma, donde cada rincón tiene una historia que contar. Desde sus monumentos históricos hasta sus zonas verdes y playas, hay una infinidad de experiencias esperando ser descubiertas. Así que, prepara tu maleta, y déjate seducir por la magia de Palma, donde cada visita promete ser una aventura inolvidable.