Historia y diseño urbano
Camberra fue elegida como la capital de Australia en 1908 como un compromiso entre las dos ciudades más grandes, Sídney y Melbourne, para evitar favoritismos. El diseño de la ciudad fue el resultado de un concurso internacional ganado por el arquitecto estadounidense Walter Burley Griffin. Su visión creó una ciudad con amplias avenidas, lagos artificiales y parques extensos, fusionando la arquitectura moderna con el paisaje natural circundante.
Parlamento Australiano: Este edificio emblemático no solo es el centro de la democracia australiana, sino que también ofrece visitas guiadas donde se pueden explorar las cámaras del Senado y la Cámara de Representantes. La vista desde el techo del Parlamento es espectacular, permitiendo una vista panorámica de la ciudad y sus lagos.
Lago Burley Griffin: Nombrado en honor al arquitecto de la ciudad, este lago artificial es el corazón de Camberra. Es ideal para pasear en bicicleta, correr o simplemente disfrutar de un picnic. Alrededor del lago, puedes visitar el National Carillon, un carrillón de campanas que ofrece conciertos regulares.
National Gallery of Australia: Aquí los visitantes pueden disfrutar de una vasta colección de arte australiano e internacional. No te pierdas el impresionante 'Blue Poles' de Jackson Pollock. La galería también alberga esculturas en su extenso jardín.
Museo Nacional de Australia: Este museo ofrece una mirada profunda a la historia y la cultura de Australia, desde los tiempos prehistóricos hasta la actualidad. Su diseño arquitectónico es tan intrigante como sus exhibiciones.
Memorial de Guerra Australiano: Este sitio conmemorativo es esencial para entender el impacto de las guerras en Australia. La arquitectura, los jardines, y sobre todo, el último poste conmemorativo al atardecer, son experiencias muy emotivas.
Questacon: The National Science and Technology Centre - Ideal para familias y entusiastas de la ciencia, Questacon ofrece exhibiciones interactivas que educan sobre varios aspectos de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Monte Ainslie: Para una vista de 360 grados de Camberra, nada mejor que subir al Monte Ainslie. Es un ascenso fácil que recompensa con una vista espectacular de la disposición radial de la ciudad y sus monumentos.
Parque Nacional Namadgi: A solo 40 minutos del centro, este parque ofrece una escapada a la naturaleza con senderos para caminatas, miradores y la oportunidad de ver vida silvestre australiana.
Floriade: Si visitas Camberra en septiembre u octubre, no te pierdas Floriade, uno de los festivales de flores más grandes del mundo, donde el Jardín de Commonwealth se transforma en un tapiz de colores.
Camberra, aunque es a menudo omitida en favor de destinos más reconocidos como Sídney o Melbourne, tiene su propio encanto que merece ser explorado. Es una ciudad donde la arquitectura se encuentra con la naturaleza, la historia se mezcla con la modernidad, y donde uno puede encontrar una paz que es difícil de hallar en las ciudades más grandes de Australia. Así que si estás planeando un viaje a Australia, no dejes de incluir una parada en su capital, Camberra, para una experiencia cultural y natural inolvidable.