Las posibilidades que ofrecen nuestros pueblos para tener unas vacaciones perfectas son la razón por la cual muchos viajeros eligen entornos rurales, no solo por precio o para evitar núcleos de turismo masificados, sino para escapar del calor.
Algunos destinos rurales se transforman sorprendentemente en verano cuando se trata de escapar del calor. Aquí tienes algunas pistas...
Cantabria: Los termómetros son los que lo afirman. A pesar de que la ola de calor sigue causando problemas en gran parte de España, en muchos pueblos aquí siguen durmiendo por debajo de los 18Cº con gran felicidad. Cantabria es una excelente opción si estás buscando escapadas rurales para escapar del sofocante calor, especialmente si deseas descubrir un tipo de turismo rural diferente al que estamos acostumbrados.
Desde un pueblo modernista como Comillas hasta otros como Potes o Reinosa, declarados Conjuntos Históricos Artísticos, donde la gastronomía es ley y el cocido montañés se sirve hasta en verano, lo tiene todo. Los pueblos cántabros, desde Campoo hasta Liébana y los Picos de Europa, son naturaleza en estado puro, un destino muy aclamado por los amantes del montañismo en esta época del año gracias a sus agradecidas temperaturas. Para perder la cabeza siempre quedarán Laredo y Santoña, si se busca un poco de sol y comer como si no hubiera un mañana.
Los lagos de Covadonga guardan un silencio profundo. Dos elementos que no encajan en la misma tabla periódica son Asturias y calor sofocante. En verano, la química pura se encuentra con la naturaleza asturiana, mientras acariciamos los espacios naturales protegidos de los Picos de Europa hasta llegar al paraíso de los Lagos de Covadonga. Es un rincón solitario donde las temperaturas nocturnas descienden a niveles insospechados.
Partiendo del Santuario de Covadonga en el Concejo de Cangas de Onís, es posible perderse por los senderos que conducen a los famosos lagos de origen glacial. Estos lagos están llenos de miradores donde se puede inmortalizar la aventura tomando selfies. Desde este punto, es posible descubrir la magia de los pueblines que producen el Cabrales y el Gamoneu. También se puede regresar a Cangas de Onís para disfrutar de su historia y gastronomía. Además, para aquellos que buscan un poco de adrenalina, está el río Sella.
Galicia cuenta con una hermosa región conocida como los Ancares gallegos.
Esta pequeña comarca gallega de la provincia de Lugo, que alberga una Reserva de la Biosfera de la UNESCO, es poco mencionada. Es el lugar perfecto para aquellos que desean alejarse del ruido y el calor. Aquí las temperaturas máximas raramente superan los 30 Cº y las noches de verano son muy frescas.
En las calles de pequeñas parroquias, donde apenas se ve un alma pasar por la noche, se pueden encontrar románticas casas rurales con chimenea para aquellos que buscan intimidad. En Piedrafita do Cebreiro, entre bosques donde se esconden las famosas pallozas celtas de O Cebreiro, los desayunos con pan gallego son una delicia. Estas casas rurales permanecen impasibles ante el paso del tiempo. Además, esta zona es la cuna del queso do Cebreiro y punto de referencia del Camino francés de Santiago, por lo que es relativamente fácil encontrarse con peregrinos que han hecho una parada en este lugar. El tiempo parece haberse detenido aquí y es posible que lo que habías planeado como una simple escapada se convierta en unas largas vacaciones. Galicia siempre es una elección acertada.
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