Y es que Bélgica es el país con más fortificaciones por metro cuadrado del mundo, así que no es de extrañar que entre los 1.500 castillos valones -la mitad de los que hay en el país- se encuentren auténticas joyas históricas, culturales y patrimoniales:
Castillo de Modave: Una obra maestra arquitectónica
Ubicado majestuosamente en la cima de un acantilado rocoso, el Castillo de Modave ofrece vistas panorámicas que quitan el aliento independientemente de la dirección a la cual se mire. Sin embargo, desde sus 60 metros de altura, las vistas más espectaculares que ofrece son hacia la región natural del Condroz. Desde el castillo, puede hacerse una caminata de 8 kilómetros por esta zona, que es un auténtico remanso de paz romántico.
Este castillo del siglo XVII cuenta con una arquitectura refinada y una historia fascinante. Los visitantes pueden explorar sus impresionantes salas decoradas con muebles de época o admirar los jardines a la francesa – inspiró la construcción de los jardines de agua de Versalles–. Además, la fortificación alberga exposiciones temáticas y eventos culturales durante todo el año.
Castillo de Vêves: Un cuento de hadas hecho realidad
Ubicado en el precioso municipio de Celles, es una verdadera joya a la vista. Este castillo medieval perfectamente conservado deleita a los visitantes con su atmósfera de cuento de mágico. Construido en el siglo XIV, el Castillo de Vêves presenta una estructura imponente con torres altas y un foso circundante. Es considerado uno de los castillos medievales más bellos de Bélgica y es Patrimonio Excepcional de Valonia. Además, el castillo propone a los más pequeños que se disfracen de caballero o de princesa durante su visita y se organizan búsquedas del tesoro. Se puede llegar allí a través de un camino fácil y tranquilo de menos de 8 kilómetros que sale desde Celles, uno de los pueblos más bonitos de Valonia.
Castillo de Bouillon: Un viaje en el tiempo
Situado en la bella ciudad de nombre homónimo, es uno de los castillos medievales más antiguos y mejor conservados de Bélgica. De hecho, es el vestigio más antiguo del feudalismo en Bélgica Con su ubicación estratégica en lo alto de una colina, este castillo ofrece vistas panorámicas del valle del río Semois. Además de explorar su impresionante arquitectura feudal, ofrece actividades que permiten a los visitantes experimentar la vida en la Edad Media, como, por ejemplo, la bajada de antorchas nocturnas, que remota al viajero en un ambiente de otra época.
Al estar ubicado en el preciso valle del Semois, hay una infinidad de caminatas en sus alrededores. Partiendo desde la ciudad de Bouillion, hay una ruta de 7 kilómetros con relativa dificultad que avanza hacia el castillo, pasando por puntos de vista impresionantes como el de la Epine y el Belvedere.
Castillo de Beloeil: Elegancia y esplendor en un solo edificio
Se trata de una magnífica construcción renacentista rodeada de espléndidos jardines y extensos terrenos. Este castillo es la residencia ancestral de la familia de Ligne, cuya historia se remonta a más de ocho siglos. Con una arquitectura impresionante y una rica colección de arte, el Castillo de Beloeil es un verdadero tesoro cultural. Los visitantes pueden disfrutar de visitas guiadas por las lujosas salas del castillo, contemplar las obras maestras de pintura y escultura que adornan sus paredes y pasear por los hermosos jardines en estilo francés, que han sido cuidadosamente diseñados a lo largo de los siglos.
Además de la belleza arquitectónica y artística, acoge una serie de eventos culturales y festivales a lo largo del año. Asimismo, hay un trayecto fácil pero largo (19km) que trascurre entre Mons y Tournai –y también algunos de sus museos – con el castillo de Beloeil como meta final.