Tokio para greenlovers
El valle de Todoroki es un espacio verde de 1,2 kilómetros de los bosques originales de Tokio junto al apacible río Yazawa. Este paraíso verde está ubicado en el centro de Tokio, en el distrito de Setagaya de Tokio, a solo 20 minutos de Shibuya y es uno de los destinos esenciales si se quiere respirar calma (y aire puro). Caminar por el sendero de madera a través de puentes rojos, encontrar santuarios escondidos y cascadas por el camino, y no olvidarse de tomar un té en el salón Setsugetsuka, una antigua tienda de dulces famosa por los kuzu mochi (un pastel de arroz hecho con almidón de la planta de kudzu), serán tres alicientes para disfrutar de un día inolvidable en el valle.
Trampolín en familia
Tokio brinda una amplia variedad de experiencias familiares para disfrutar padres como Trampoland, un centro de trampolín único para niños y adultos de cualquier edad, tamaño o capacidad física, que se divertirán dejándose llevar por la gravedad y alcanzando nuevas alturas mientras salta y dan volteretas en los trampolines. Además, cuenta con un equipo profesional siempre atento y a disposición de las familias, que pueden enseñar algunas técnicas de salto.
Regreso al pasado
Si bien la mayoría de las telas modernas, hoy día, se tiñen de forma sintética, la familia Murata ha estado en el negocio textil durante más de un siglo y todavía practica el "aizome", el teñido tradicional con añil (un tipo de color azul). Para mantener las tradiciones locales, dos de los hermanos Murata abrieron Kosoen Studio en 1989 en la ciudad de Ome, un bello destino cercano a Tokio rodeado de ríos y montañas. El estudio Kosoen está especializado en "fermentación con lejía", una técnica utilizada durante más de 400 años desde el período Edo (1603–1868). Aquel que visite el estudio, podrá escuchar las explicaciones de primera mano de los propietarios y aprender un poco más de este antiguo oficio.
Siguiendo con las tradiciones, Rakugo es el arte tradicional japonés de contar historias que comenzó como una forma de entretenimiento durante el Período Edo (1603–1868). El narrador Rakugo cuenta con un toque de humor el Japón tradicional mientras se sienta en un pequeño cojín y usa un abanico japonés y una toalla de mano para expresar sus emociones. Para las personas que no son japonesas, incluso aquellas que ya han superado la barrera del idioma, ver Rakugo puede resultar confuso. Es por eso que el objetivo de la English Rakugo Association es informar, inspirar y entretener a personas de todo el mundo a través del Rakugo realizado en inglés.