Desde el pasado lunes 6 de septiembre, los viajeros estadounidenses deben presentar prueba de haber sido completamente vacunados, o bien certificado de haberse recuperado de la Covid-19 o un test negativo. Si se trata de PCR, deberá haber sido realizada 72 horas antes de la llegada a España, mientras que los antígenos pueden haberse realizado en las 48 horas previas.
Los certificados que demuestran que el viajero se ha recuperado de la Covid-19 son válidos desde los 12 a los 180 días desde la fecha en que dieron positivo por primera vez. Los niños con edades inferiores a los 12 años están exentos de estos requerimientos.
Igualmente, los estadounidenses que lleguen a España deben completar el formulario Spain Travel Health Control, por el que se emite un código QR que el pasajero necesitará para subir a bordo y también a su llegada a España.
El pasado 30 de agosto la Unión Europea decidió recomendar a sus miembros la salida de Estados Unidos de la lista de países y regiones seguras, como informamos en La Unión Europea elimina a EEUU de su lista de países seguros para viajar. Se trataba de una recomendación que cada país podía seguir o no, pero hasta la fecha la lista del Consejo Europeo ha marcado la pauta entre las naciones de la Unión.
La UE no ha tomado esta decisión de un día para otro, sino que ha sopesado el perjuicio económico por un lado, el hecho de que muchos países europeos han tenido recientemente cifras similares de incidencia a las de Estados Unidos, y por otro lado, que EEUU no ha aplicado en ningún momento la reciprocidad en la apertura que tuvo lugar en el lado europeo desde junio.
Esta situación no parece que vaya a cambiar a corto plazo y la industria aérea estadounidense ya se prepara para aplazar una posible apertura hasta noviembre, como contamos en EEUU podría seguir cerrado a los viajes internacionales hasta noviembre.
Actualmente la variante Delta está barriendo Estados Unidos, que muestra una Incidencia Acumulada (IA) de 680,49 nuevos casos por cada 100.000 habitantes a 14 días. En España, la IA está en estos momentos en los 173,32 nuevos casos.
A principios de agosto las autoridades de la UE ya se plantearon qué hacer con EEUU, cuando la IA escalaba por encima de los 270 nuevos casos. Pero en ese momento se valoró más el beneficio económico de los pocos viajes de turistas estadounidenses y el hecho, real, de que las cifras eran igual de malas en todas partes. En ese momento las restricciones no fueron reimplantadas, con la previsión de revisar esta decisión a finales de agosto, como ha sido.
Italia, Holanda y Suecia han sido los primeros países en imponer nuevas restricciones a los viajeros procedentes de EEUU, tras la recomendación de la UE.
En Holanda, desde el sábado 4 de septiembre, los viajeros estadounidenses no vacunados no podrán entrar en el país, y los que sí hayan sido vacunados con la pauta completa deberán guardar una cuarentena de 10 días a su llegada. Pueden hacerse un test al quinto día para acortar la cuarentena si éste da negativo.
Suecia también ha quitado a EEUU de su lista de países seguros y ha cerrado la entrada a los estadounidenses, como Bulgaria, e Italia, que fue de los primeros en reabrir sus fronteras al inicio del verano, ha reintroducido restricciones para los pasajeros procedentes de todos los destinos, también de Estados Unidos. Desde el 31 de agosto requiere a los viajeros una prueba PCR o de antígenos negativa, hecha con 72 horas de antelación, estén o no vacunados.
Dinamarca prohibirá la entrada de viajeros estadounidenses no vacunados, al igual que Bélgica, aunque los que estén completamente inmunizados podrán entrar sin test ni cuarentenas.