Presidida por el Kilimanjaro y bañada por el Océano Índico, en esta región nos sorprenden Kenia y Tanzania, diferentes pero unidas por uno de los fenómenos naturales más impresionantes del planeta: la Gran Migración.
Para quienes no están familiarizados con este fenómeno, aclaramos que la migración consiste en un viaje que cada año emprenden millares de ñús, cebras, girafas y otras especies herbívoras a través de la Reserva Nacional de Masai Mara en Kenia, la Zona de Conservación del Ngorongoro y el Parque Nacional del Serengueti en Tanzania.
Un movimiento migratorio circular que recorre más de 3.000 kilómetros y que se convierte en epicentro de la vida salvaje en la región, pues al más de un millón de animales que conforman esta voluminosa manada se suman todo tipo de depredadores y animales carroñeros.
De ahí, que uno de los momentos más impresionantes de todo safari, ya sea en Kenia o en Tanzania, sea el encuentro con la Migración y para ello es fundamental entender su funcionamiento y estacionalidad.
Este ciclo de la vida se repite cada año con una precisión casi mágica, aunque en realidad las lluvias y la búsqueda de alimento son los principales motores que impulsan este círculo que nunca termina. Siguiendo el mismo sentido que las agujas del reloj, la Gran Migración comienza cada año en enero, al sur del Serengueti junto al lago Ndutu.
Este momento, es uno de los mejores para visitar Tanzania, pues coincide con la época de nacimientos, hecho que no sólo aumenta el número de efectivos de las distintas manadas, también el de depredadores como leones o leopardos, hienas y otros carroñeros.
A partir de abril, las lluvias en Tanzania provocan que las manadas pongan rumbo noroeste hacia el Masai Mara en Kenia, donde suelen pasar una larga temporada entre los meses de agosto y octubre. En noviembre, se inicia el camino de regreso al sur donde llegarán en torno a diciembre para nuevamente comenzar este ciclo sin fin.
Quienes buscan una experiencia más íntima y personal, no pueden perder la ocasión de extender su viaje al Parque Nacional de la Selva Impenetrable de Bwindi en Uganda que ofrece escenarios de película protagonizados por la selvática majestuosidad de sus paisajes.
Además, si por algo destaca Uganda, es por ser hogar de unos 400 gorilas de montaña -la mayor concentración de esta especie en el mundo-. Así, se convierte en uno de los pocos lugares donde es posible encontrarse cara a cara con una familia de gorilas de montaña, una exclusiva experiencia tan única como inolvidable. Un escenario idílico que alcanza un tono casi místico al amanecer cuando la niebla cubre las verdes montañas.
La Caminata para conocer a los gorilas, es una actividad que se realiza en grupos muy reducidos, siempre acompañados por expertos cuidadores y guardabosques que garantizan la protección de esta especie endémica y también la seguridad de sus visitantes. De hecho, para poder acceder al parque se requiere un permiso especial que debe ser solicitado para su aprobación antes del viaje.