Conocido como el “país del agua”, en Vietnam destaca la ciudad de Ho Chi Minh, antiguamente Saigón, donde sorprenderse con la influencia colonial francesa de la ciudad a través de su catedral y la plaza de “La Communde de Paris”; así como con el Palacio de la Reunificación, antigua sede del Gobierno de Vietnam del Sur que, al ser arrasado en 1975, supuso la caída del régimen.
A 70 kilómetros de allí se encuentran los túneles de Cu Chi, que son el principal testimonio de la Guerra de Vietnam, ya que se trata de una ciudad subterránea con viviendas, hospitales y fábricas de armas, entre otras construcciones, lugar que llegó a albergar hasta 10.000 personas.
Por su parte, la localidad de Hoi An fue un importante puerto donde se comerciaba con extremo oriente hasta finales del siglo XIX. Además de recorrer sus reconocidas casas históricas y templos, es imprescindible conocer a fondo la historia de la urbe, de más de 2.200 años de antigüedad, a través del Museo de Hoi An.
En el centro del país, es imprescindible visitar la Ciudadela Imperial de Hue, que fue la residencia de los emperadores de la dinastía Nguyen, quienes gobernaron Vietnam entre 1802 y 1945. En ella también se puede disfrutar de un romántico paseo en barco por el famoso Río de los Perfumes.
Más al norte, pasear libremente por Hanói es toda una experiencia con la que el viajero puede admirar a su aire los lugares más relevantes de la capital como su casco antiguo, el lago Hoàm Kiém, el mausoleo de Ho Chi Minh o la pagoda de Tranc Quoc, entre otros.
La ciudad de Halong completa el itinerario por Vietnam, donde su bahía declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO es uno de sus principales atractivos, además de ser uno de los paisajes más bellos del país.
Asimismo, dentro de Camboya, es parada obligatoria Siem Riep, epicentro del Imperio Jemer, donde se localizan los célebres templos de Angkor Wat, uno de los principales monumentos antiguos del mundo y Patrimonio de la Humanidad. Todos los visitantes quedan fascinados por este maravilloso complejo del siglo XII, que se compone de las cinco torres que representan los cinco picos de Meru, hogar de los antiguos dioses, y que figuran en la bandera nacional camboyana.
El resto de la ciudad se puede explorar con un recorrido en “tuk-tuk” pasando por la puerta sur a la antigua capital del Angkor Thom y por el templo de Bayon, en cuyas 54 torres se hallan las 200 caras sonrientes de Avolokitesvara.