Jueves 15 de septiembre de 2016
Gernika es el árbol sagrado de los vascos y es el Guernica de Picasso, la madre que clama al cielo con su hijo roto en brazos y que no olvidará así pasen mil años. Pero es también una senda alegre y luminosa que conduce a las marismas pajareras de la reserva de la biosfera de Urdaibai, al Bosque Pintado de Oma y a las playas de Laga y Laida, óptimas para el surf. Un día intenso, bien aprovechado, da para conocer las dos Gernikas: la venerable villa foral, que este año celebra su 650º aniversario, y la tierra radiante, como recién creada, donde el río Oka se funde con el mar.