Pocos personajes han inspirado tantas historias, y aún más leyendas, que el Cid Campeador. Modelo de caballero medieval, fue capaz de reunir todos los adjetivos, no siempre buenos: osado, valiente, intrigante, seductor, arrogante, mercenario... Aunque estuvo a las órdenes de caudillos moros y cristianos y también “campeó” por su cuenta, su destino quedó marcado cuando su sentido del honor le llevó a enfrentarse a su propio rey, Alfonso VI, en la famosa Jura de Santa Gadea, iniciando así su destierro definitivo.