Mahé es la mayor de las islas y donde se encuentran la gran parte de los hoteles. Las comunicaciones de un extremo a otro hay que hacerlas por estrechas y retorcidas carreteras.
Pocos lugares en el mundo han logrado mantener tan intacta su naturaleza como este. Las playas son pequeñas, limpias y de aguas transparentes; el interior es abrupto y frondoso.
En pocos lugares la naturaleza se presenta de una manera tan majestuosa como en África Oriental. Salvaje y exuberante, ofrece a sus visitantes paisajes y experiencias que no podrán encontrar en ningún otro lugar.
Aunque en Victoria vive un tercio de la población de todo el archipiélago, la capital sigue teniendo una aspecto provinciano, con un encanto colonial tranquilo y un ritmo cadencioso.
El coco de mar es sobre todo símbolo de Seychelles porque en su forma y en su procedencia refleja dos aspectos íntimamente ligados a estas islas: la sensualidad y la naturaleza.