Fuerteventura fue la primera isla conquistada por los europeos, así que es fácil imaginar las interesantes muestras históricas que conserva. Una visita obligada es Betancuria que, fundada en 1404, fue la primera capital insular. Caminar por sus calles y conocer un patrimonio declarado Conjunto histórico nos inspira para recrear épocas pasadas, deteniéndonos en cada detalle de sus edificios.
La isla también cuenta con museos que nos adentran en una cultura e identidad que se remontan a la época prehispánica, de la que aún se conservan numerosos vestigios. Los aborígenes, denominados «majos» o «maxos», dejaron un importante legado como los grabados de huellas de pies (podomorfos) realizados sobre piedras de la montaña de Tindaya, considerada un importante lugar sagrado y de culto.
Reserva de la Biosfera, cuenta con más de 48.000 hectáreas de superficie protegida. Monumentos naturales, parques naturales, parques rurales, y paisajes, testigos vivos de sus orígenes volcánicos como los malpaíses, donde habitan una variedad interminable de plantas y una fauna autóctona de incalculable valor, muchos proyectos medioambientales, como la reintroducción de la tortuga caretta-caretta, o los planes de avistamiento de pájaros y conservación de especies. Elige tu manera para descubrir estos parajes únicos.
Fuerteventura sorprende por la riqueza de su flora y de su fauna. En el cielo, su endémica avutarda, el guirre y las aves migratorias se sirven de sus vírgenes costas.. En la tierra, burros majoreros, camellos, erizos… y la genuina cabra majorera moviéndose libremente por todos los parajes la Isla. Su flora una riquísima variedad de especies: palmeras, tarajales, tabaibas, saladillo marino… Y en el mar, con el hábitat para más de 390 especies marinas.
Si nos cansamos de los relajantes días de playa, Fuerteventura, ofrece otros planes inolvidables. Recorrer los paisajes austeros del interior y sorprendernos con la belleza de sus suaves relieves; detenernos en pueblos en los que el tiempo transcurre a otro ritmo y conocer la historia de la isla; visitar pequeñas y pintorescas localidades costeras donde disfrutar de un exquisito pescado fresco acompañado de otras delicias de la gastronomía majorera, como sus prestigiosos quesos con Denominación de Origen. El «Queso majorero» es una de las tres Denominaciones de Origen Protegidas de las Islas Canarias.
Casi 150 kilómetros de playas. Grandes playas rodeadas campos de dunas, o las lagunas de agua cristalina que se forman entre bancos de arena y arrecifes naturales; otro día nos sentimos más aventureros y llegamos hasta indómitas playas solitarias, escenario de grandes producciones cinematográficas, o hacemos una excursión en barco hasta un pequeño islote en el que disfrutar de momentos inolvidables…
Más de 3.000 horas de sol y temperaturas casi invariables a lo largo del año. La cercanía con el desierto del Sáhara, la ausencia de altas montañas, el mar que la rodea y la corriente canaria, dan como resultado unas temperaturas muy suaves, sin rastro de nubes y precipitaciones. La temperatura, con una media de 20 grados en invierno y 23 en verano.
Esta es la isla perfecta para venir ligero de equipaje y regresar cargado de relax y bienestar.