Las vacaciones antes de la era digital, las agencias de viajes eran la única forma de reservar vuelos y hoteles, los billetes de avión eran de papel, se usaban mapas y guías en papel para orientarse en una ciudad y las cámaras fotográficas requerían carretes y revelado posterior.
Hace un cuarto de siglo surgieron las primeras empresas de bajo costo que transformaron la manera en que viajamos. Gracias a la reducción del precio de los billetes, se ha incrementado la cantidad de rutas, vuelos y pasajeros en todo el mundo Los viajes comerciales han hecho posible llegar a cualquier lugar, sin importar la distancia o lo inimaginable del destino turístico.
Antes de la década de los noventa, la forma en que se organizaban las vacaciones era diferente ya que no existían herramientas como internet, móviles, Google. No se puede decir que fuera mejor o peor, simplemente era distinto. Muchos pueden recordar con nostalgia cómo se organizaban las vacaciones y recurrían a agencias de viajes para ello.
Las personas acudían a una agencia de viajes para reservar vuelos y hoteles. Estas agencias se encargaban de planificar las vacaciones, hacer las reservas y proporcionar la documentación necesaria, siempre basándose en el criterio del agente experto. A menudo, era necesario esperar unos días antes de confirmar la reserva mientras se bloqueaban los vuelos.
Era común encontrar en las agencias ofertas y paquetes cerrados de última hora que incluían visitas guiadas y actividades preestablecidas. Aunque todavía existen algunas agencias que ofrecen este tipo de servicios, ahora también se pueden encontrar opciones más personalizadas y exóticas, con mayor lujo y menos restricciones.
Las agencias de viajes proporcionaban a sus clientes folletos impresos con información sobre alojamientos y destinos, incluyendo imágenes y precios. Aunque las imágenes eran hermosas, a menudo no reflejaban la realidad. Sin conocer las opiniones de otros viajeros, los clientes tenían que confiar en que la descripción del folleto fuera precisa y esperar que todo saliera como se esperaba.
El proceso de viajar en avión implica la compra del billete y el registro en línea o en el aeropuerto para obtener la tarjeta de embarque.
Los billetes de avión eran hojas unidas con papel carbón y podían romperse o perderse fácilmente. Por lo tanto, era importante guardarlos como un tesoro ya que era difícil reemplazarlos en caso de pérdida y con un costo adicional. Sin el billete, no se podía subir a bordo del avión.
Al llegar al aeropuerto, todos debían hacer fila en los mostradores de facturación para el check-in y dejar sus maletas en la cinta transportadora. A cambio, se les entregaba la tarjeta de embarque con el asiento asignado. Antes era necesario llegar con tiempo y hacer largas colas, pero hoy en día es más fácil ya que toda la información necesaria puede llevarse en un código QR en el móvil.
Había controles de seguridad, pero no eran tan estrictos como ahora. Era posible llevar botellas, productos de higiene y pequeñas navajas y fumar sin problemas.
Cuando se llegaba al destino, era importante informar a los demás que todo estaba bien, para ello se debía buscar una cabina telefónica. Sin embargo, no solo era necesario encontrarla, sino también tener suficientes monedas del país visitado y conocer el prefijo para realizar llamadas desde el extranjero.
Además, solíamos enviar postales desde nuestros destinos turísticos, eligiendo imágenes icónicas y escribiendo algunas líneas para que llegaran a su destino después de nuestro regreso.
La cámara fotográfica era esencial para capturar los momentos más destacados del viaje, sin embargo, cargar con la máquina, las pilas, los carretes era una tarea pesada. Además, debido al costo de los rollos y el revelado posterior, no se podía tomar fotos ilimitadas. Por otra parte, no se podía ver el resultado al instante, ya que había que esperar al revelado y confiar en que la calidad de la imagen fuera la adecuada.
Después se creaban impresionantes álbumes que se compartían con la familia y amigos.
"Mapas y guías" que proporcionan información útil para la navegación y orientación en un lugar determinado. "Algunas personas quizás nunca hayan visto un mapa en su vida, pero antes era esencial llevar uno para poder orientarse en una ciudad sin utilizar un navegador. En él, se marcaban previamente los puntos de interés."
Las guías en papel eran útiles para tener algunas recomendaciones previas del escritor sobre los mejores lugares, restaurantes y hoteles. En ese momento, no existían foros, chats o blogs que pudieran brindar orientación adicional sobre qué ver y hacer.
Una alternativa era preguntar a los transeúntes en la calle sobre lugares para comer o cómo llegar a un sitio específico. Con algo de fortuna, podíamos comprender las indicaciones y llegar a nuestro destino sin problemas.
Existía una alternativa a los hoteles, que eran los apartamentos regulados y específicamente diseñados para turistas. Estos alojamientos no buscaban la interacción con los locales y tampoco se tenía la intención de experimentar nuevas formas de hospedaje como dormir en un molino de viento, una yurta o un faro.