Cuando se habla de Panamá es inevitable no pensar en su música. Su gente lleva el ritmo en la sangre y sus calles también. Y es que su ubicación geográfica lo hace más interesante aún: los panameños tienen un sincretismo musical muy rico, que mezcla tradiciones ibéricas, indígenas americanas, un toque de África, aderezado también con influencias de distintos puntos del Caribe, que dieron como resultado la identidad musical del país.
Panamá es una tierra de gracia y su música está impregnada de ella. La música es un aspecto que influye en el día a día de su gente y su cultura. Los panameños son alegres por naturaleza y en su música queda claramente expresado. Si estás en Panamá aprovecha no solo de sumergirte en sus hermosas playas y ríos, sino que tienes la oportunidad de oro de zambullirte en su música contagiosa a la que ningún oído es indiferente.
Y es que oído al tambor para aquellos que buscan un ritmo más puro: pueden decantarse por la música folclórica panameña y sorprender sus sentidos con los versos cantados acompañados de las mejoranas, el tamborito, las cumbias, la música de las Danzas de Corpus Christi de la Villa de Los Santos. También las canciones de los rosarios de la aurora, los juegos de ronda, las salomas y los arrullos forman parte del acervo musical de este país, que los músicos locales recrean con instrumentos autóctonos. Hermosas mujeres ataviadas con polleras, el espectacular vestido típico de la mujer panameña, se funde haciendo de la música poesía para la vista y los oídos.
Panamá: cuna de la salsa y el reggaeton
Pero muchos se preguntarán dónde está la salsa y por qué el reggaeton se le atribuye a Panamá. Este género ha sido irresistible en las grandes ligas de la música y ha internacionalizado aún más el nombre de Panamá, porque incluso éxitos planetarios como Despacito tienen un toque panameño, que pone la compositora panameña Érika Ender.
Panamá tiene música para todos los gustos y colores: desde el conocido “Meneaito” de Gaby y “Muévelo” de El General, que causaron furor en los años 90, hasta la elegancia de la salsa con el maestro Rubén Blades, reciente Grammy Latino al mejor álbum del año, que ha inmortalizado y acuñado en el imaginario popular frases como “la vida te sorpresas, sorpresas te da la vida” de su Pedro Navaja.
Panamá es una tierra que vibra con la música hecha en casa y la variedad, fusión de ritmos son tan diversos como su naturaleza. Es cierto que el panameño se decanta por la salsa, muchos prefieren el reggaetón o merengue. Pero no podemos dejar de un lado el jazz que sigue creciendo en Panamá de mano de la Fundación Danilo Pérez; ni olvidar la cultura rockera que se ha desarrollado con fuerza en la escena local, con intérpretes como Cage9, Rabanes y muchos más.
La música es esencial en todas las fiestas y festivales de Panamá y parte inseparable de la vida nocturna del país. La visita al restaurante Las Tinajas es una visita ineludible no solo por su gastronomía, también por su espectáculo folclórico que incluye lo más pintoresco de la cultura panameña como: diablicos sucios, empolleradas, montunos al son de la música en vivo. También una buena opción es ver la programación cultural delTeatro Balboa y las actividades feriales de enero a abril del interior del país.
Los fanáticos de la salsa y las orquestas deben darse una vuelta por el Malecón, un sitio que hace homenaje a los tradicionales salones de baile, orquestas y bailarines, en donde escuchar salsa en vivo en pleno Casco Antiguo. Otro lugar imprescindible es Danilo’sJazz Club, cita obligada para los amantes del jazz, uno de los lugares más acogedores de este género y precursores del Panama Jazz Festival, que celebró su décima edición el pasado mes de enero.
Panamá siempre tendrá experiencias inolvidables que ofrecerte y siempre es el momento perfecto para conocer el país, su gente y su cultura.